viernes, 18 de enero de 2008

A "Paula"


Hoy voy a dedicar unas breves palabras a Paula. A Paula (pseudónimo que utiliza una mujer maltratada) por relatar los hechos violentos que sufrió durante 16 años. Porque me he quedado conmovida con su testimonio.

Me desilusiono sabiendo que todos los que te despreciaron no saben que existen esas ya históricas palizas plasmadas en ese magnifico libro -que las otras se seguirán sintiendo en tu cuerpo y mente, desgrasciadamente, toda la vida- con tu palabras en primera persona como única protagonista de la historia. Y no lo sabrán nunca porque seguro que no lo leerán y si dan con ello, quizás, no tengan el valor de hacerlo. Porque me ilusiona que, al menos, te hayas podido desahogar de esta forma. Porque con algunas de tus palabras me era imposible continuar leyendo y, aún así, sacaba fuerzas para poder proseguir ya que tu intención no era que dejásemos de leer al saltar la primera página. Pero cerrar ese libro suponía darte la espalda, de nuevo, y mi conciencia no me dejaba. Con alguna hoja corrió por mi cara alguna que otra lágrima.

Porque me sentía muy identificada con hechos y frases que, en ocasiones, he oído en primera persona en una llamada telefónica y, otras tantas, escondida detrás de una puerta. Porque entiendo psicológicamente tu calvario. Porque no sé cómo aguantaste tanto y no hiciste nada pero, también entiendo, que no pudieses hacerlo. Porque cuanto terminé de escucharte, ya que parecía que te tenía sentada conmigo a mi lado en el metro y en la cama cuando en silencio cada día te leía, me pregunté por qué tu vida –cómo la de otra tantas- fue tan desafortunada y el único consuelo que me quedaba era aquello con lo que tú también comenzabas tu relato. Iniciabas tu real tragedia con un "Soy feliz" y eso, en parte, me aliviaba. Y porque te queda lo más maravilloso que tu misma decías con tus palabras, tus hijos.

Porque parecía que me susurrabas al oído tus gritos constantes de desesperación y angustia. Tu ira y las reiteradas humillaciones. Porque yo tampoco, como tú, soporto sus "consabidos arrepentimientos, las lagrimas de cocodrilo y los propósitos de enmienda, así como el espléndido regalo de rigor". Porque espero que otras tantas mujeres, en tu misma situación, no los soporten más y, el resto, no lo soporte nunca.

Porque deseo que todo te sonría en la vida. Espero que logres la felicidad que un día te robaron y te mataron a pedazos.


No hay comentarios: