jueves, 16 de octubre de 2008

Reglas al Amor

A nuestro alrededor suceden miles de cosas imposibles de explicar y una de ellas, el amor. Por amor somos capaces de hacer casi cualquier cosa. Del amor se puede decir de todo, que es bonito, placentero, reconfortante. Pero lo difícil es cuando se convierte en esa piedra en el zapato que termina doliendo a cada paso que das. Entonces tienes dos opciones: poner tu mente en blanco o indagar hasta las raíces de ese amor, para comprender por qué un día te enamoraste.
Lo de aislarse de la persona que quieres y que te ha hecho daño está muy bien, como teoría pero, en la práctica, ya es otra cosa.
El fenómeno del amor puede ser inexplicable pero sí que sabemos algo cierto de el: que siempre es difícil. Es difícil amar a quien te pide lo imposible: amar a dos personas a la vez. También lo es amar a una sola y no poder hacerla feliz.
Aunque lo difícil también puede convertirse en algo fácil, todo depende de con qué ojos miremos al amor.
Quizá el amor sea tan difícil de explicar porque es lo único en el mundo que no se rige por unas normas y, quizás por eso, no sepamos como evitar el desamor.
No sé si me servirá de algo pero voy a escribir mis propias normas:
La primera, es que todo el mundo puede ser amado, por difícil que nos resulte.
La segunda, es que al amor hay que dedicarle tiempo, cuanto más, mejor y, también, una infinita paciencia.
Lo difícil no es sólo amar, sino también lo es, ser amado.
La tercera, y última, es que el desamor no tiene cura y de nada sirven los tratamientos paliativos. Sólo el tiempo, lo alivia. Sólo el tiempo puede dar respuestas al amor.

sábado, 4 de octubre de 2008

Equilibristas


Hay momentos en la vida en los que todo nos da igual y, otros, en los que tenemos la sensación de que todo es perfecto. Los buenos y malos momentos van y vienen sin que nosotros podamos controlarlos por eso, en el fondo, somos como equilibristas y la vida es la cuerda floja que está bajo nuestros pies. Pero la vida nos pide, muchas veces, que hagamos sacrificios, como en el circo, que nos exige siempre el más difícil todavía.

Hay gente que tiene una fe ciega en la justicia vital, piensan que todo beneficio tiene su recompensa, pero se equivocan. Para algunos la vida es injusta por naturaleza, cuando empiezan a salir del hoyo, vuelven a caer en otro.

Por evitar que sufra la gente a la que queremos somos capaces de sacrificarlo todo, hasta nuestra dignidad. Pero muchas veces nuestros sacrificios pasan desapercibidos. Reprimimos nuestros deseos para anteponer los de los demás. Y aunque dudemos, en la vida, es fácil saber cual es el camino correcto.

El verdadero sacrificio está en atreverse a cogerlo porque es un error rechazar la mano de quien nos quiere ayudar. Debemos agarrarnos a ella con todas nuestras fuerzas. Y si tropezamos y caemos, el peligro está en coger miedo y no intentarlo nunca más. Ese es el gran peligro: tener miedo a caer dos veces. Por eso es importante levantarnos y subirnos de nuevo a la cuerda floja para caminar de nuevo como equilibristas…