jueves, 21 de agosto de 2008

Sueños debajo de un árbol



Hoy, en el césped de la universidad, tumbada bajo el baile de las hojas y ramas de los árboles, junto a ti, me di cuenta que la vida es mucho más que lo que se quiere recordar. Que la vida es la esperanza de seguir amando, de seguir continuando. Que la vida es mucho más que un calendario donde pasar hojas y escribir notas. Que los días están llenos de blancas nubes y cielos azules, como el de hoy, donde los murmullos de los pájaros me dan la tranquilidad de tus susurros que son los que hacen continuar, sacar el lado positivo de las cosas y seguir con este juego todos los días. Donde el silencio es ausente y fugaz en esta ciudad. Donde el juego, tan simplemente es, vencer la batalla de lo efímero y ganar la de lo eterno. Que la vida es la lucha continuada de no perder la fe en saber seguir caminando y aprender a luchar por lo que se es.


Los sueños y recuerdos alimentan el alma de las personas. Siento que los sueños son barcos cargados de esperanzas. Porque por mucho que tengas que hacer, decir y soportar los sueños no se roban ni se rompen a pesar de los duros golpes de la vida. Únicos, personales y misteriosos. Que por mucho que se aprenda a soñar, nunca se hará igual. Porque son una riqueza, una fortuna… Porque no hay nada que refleje más un deseo que un sueño despierto. Porque te creas tu propio espejo. Te hace sonreír, vivir en el cielo, sentir lo imposible, lo improbable, lo impensable. Porque los sueños son ilusiones perdidas y ganadas.
Y aprendí que la vida es hermosa cuando se vive soñando. Y que me es necesario soñar contigo y junto a ti. Porque te quiero y sueño que te quiero. Porque sin ti y la calma que me das, no soy nada. Porque sin tu sonrisa, no concibo días felices. Porque la felicidad, eres tú. Porque los sueños, sueños son y, tú, el sueño de la vida.

Gracias por hacerme soñar todos los días, con lo que fue, lo que hay y lo que queda por llegar. Gracias por hacerme saber que la vida es un sueño lleno de sueños. Gracias por ser mi sueño, mi único sueño.

Poema

Hoy quiero publicar este magnifico poema que escuché y que me emocionó profundamente por diversos motivos... Es un tango de Homero Manzi.

Esta puerta se abrió para tu paso.
Este piano tembló con tu canción.
Esta mesa, este espejo y estos cuadros
guardan ecos del eco de tu voz.
Es tan triste vivir entre recuerdos...
Cansa tanto escuchar ese rumor
de la lluvia sutil que llora el tiempo
sobre aquello que quiso el corazón.

No habrá ninguna igual, no habrá ninguna,
ninguna con tu piel ni con tu voz.
Tu piel, magnolia que mojó la luna.
Tu voz, murmullo que entibió el amor.
No habrá ninguna igual, todas murieron
en el momento que dijiste adiós.

Cuando quiero alejarme del pasado,
es inútil... me dice el corazón.
Ese piano, esa mesa y esos cuadros
guardan ecos del eco de tu voz.
En un álbum azul están los versos
que tu ausencia cubrió de soledad.
Es la triste ceniza del recuerdo
nada más que ceniza, nada más...